Érase una vez un hombre que poseía grandes riquezas. Mientras iba de camino, observó una perla fulgurante y de gran precio.
Entonces se dijo: "¡Esa perla ha de ser mía!" Al objeto de comprarla, vendió cuanto tenía, todas sus posesiones.
Así podría hacerse dueño de tan valiosa alhaja.Lo mismo eres tú para Mí. Eres aquella perla de gran precio que descubrí y por la que resolví dejarlo todo, hasta Mi trono celestial, con tal de bajar a la Tierra y obtenerte.
Sacrifiqué cuanto tenía para adquirirte; EL CABALLERO DE LA CRUZ; BENDICIONES A TODDOS EN ESTE DIA
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