
El amor y nuestro lenguaje
La manera como se habla tiene una vital importancia en la vida matrimonial. Las peores tormentas y heridas entre los esposos, en la mayoría de los casos, surgen porque alguno de ellos hirió al otro con sus palabras. Una sola palabra ofensiva, de burla, de desprecio o de mentira puede dar origen a graves consecuencias. Pero felizmente, también unas pocas palabras de afecto y dulzura pueden llevar aliento y alegría al corazón del cónyuge. A un joven recién casado su suegro le regaló un hermoso reloj, sobre cuya esfera se leían estas palabras: "Dile a Sara algo amable". Sara era el nombre de su flamante esposa. El regalo tenía por objeto recordar al joven que cada vez que mirara el reloj supiera que ése era un momento oportuno para expresarle algo amable a su esposa. Sí, siempre es grato al corazón recibir palabras de afecto. Son un alivio para las cargas de los cónyuges. Atrévete a hacerlo.
* Citas para meditar:
• Colosenses 4:1.- “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.
• Filipenses 2:1-3.- “Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, - llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento”.