miércoles, 4 de febrero de 2009

Hay una llave que abre todas las puertas: el amor


Cuan benéfica es una palabra dulce, un abrazo tierno y fuerte, un elogio nacido del corazón. Igual de maravillosos son esos detalles que cautivan, el reconocimiento de la labor cumplida, un estás preciosa, estas guapo y todo lo que mantiene viva y fresca una relación. Y es que el amor cubre multitud de faltas y nos permite sucumbir al corazón que expresa lo que siente.

¿Recuerdas la última vez que expresaste tu amor a alguien? ¿Cuándo fue el último abrazo, el último beso, la última tarjeta, la última flor? Si ha pasado más de una hora, necesitas entonces encontrarte con alguien urgentemente para hacerlo.


No temas, experimentarás que hay un torrente dentro de ti. Dios quiere darte abundante amor para que lo disfrutes y puedas dar a otros.

Cuando te sientas cansado(a)


Cuando te sientas cansado(a)

Siendo joven, caminé por espacio de 24 horas en medio de las montañas rumbo a un lugar que para mí era desconocido. Hubo momentos en que solo veía arboles y matorrales y empujaba sus ramas para pasar; Hubo un momento en que no quería continuar, no veía el final, parecía interminable y era demasiado tarde para regresar así que le pedí fuerzas a Dios, entendí que mientras anhelaba el final, atrás quedaban 24 horas de camino. Continué a punto de desmayar y de repente, alguien dijo las palabras que más deseaba escuchar: Llegamos, ahí es. Tal vez hayas experimentado una situación similar, no necesariamente un camino en las montañas, pero si situaciones que parecen interminables, desesperantes y agotadoras donde anhelas ver el final. Puede ser el dolor por un hijo, la espera en medio de la enfermedad, una situación financiera, etc. Al igual que yo, tal vez no veas el final, pero de la mano de Dios podrás avanzar lo que resta del camino, pues en medio del andar, te fortaleces y te equipas para resistir los tramos difíciles.

www.reflexionesdepaz.blogspot.com

El Anciano y El Niño


"y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos." Mateo 18:3



Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo, "¡Hola amigo!" Golpeando la mesa con sus gorditas manos, sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía.



Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré alrededor, vi la razón de su regocijo.



Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos. Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa.



Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a menearse para saludar.



"Hola bebito, ¿cómo estás muchachón?" le dijo el hombre a Daniel.

Mi esposa y yo nos miramos, "¿Que hacemos?"

Daniel continuó riéndose y contestó: "Hola, hola amigo."



Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo. Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebe. Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo. Obviamente el estaba borracho.



Mi esposa y yo estábamos avergonzados. Comimos en silencio, menos Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas. Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta.



Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento.



El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida. "Dios mío, ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a Daniel" -dije orando, mientras caminaba cercano al hombre. Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar respirando. Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de "cárgame."



Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa. Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel.



Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo.



Yo me detuve aterrado. El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura: "Usted cuide a este niño." De alguna manera le conteste "Así lo haré" con un inmenso nudo en mi garganta.



El separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: "Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso regalo."



No pude decir más que un entrecortado: "Gracias."



Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposa se preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente, y por qué yo estaba diciendo: "Dios mío, Dios mío, perdóname." Yo acababa de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia.



Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era. Yo sentí que Dios me estuvo preguntando: "Estás dispuesto a compartir tu hijo por un momento?" Cuando El compartió a su hijo por toda la eternidad.



El viejo andrajoso, inconscientemente, me recordó: "Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño......"



¡Dios les bendiga!

Amén

Estoy Harto de la Vida


"Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrála luz de la vida." Juan 8:12



Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar, la cual no me gusto mucho que digamos y tengo que comer la comida que no me gusta.



Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja por que quiere jugar conmigo, no entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño. Después, tomo mi revista para leerla plácidamente en mi sillón y mi hija nuevamente quiere jugar y que la arrulle entre mis brazos, yo quiero leer mi revista y sale mi esposa con su: -¿Qué tal me veo?, me arregle para ti. -Le digo que bien sin despegar mis ojos de mi revista. Para variar, se enoja conmigo porque dice que no la comprendo y que nunca la escucho, no sé por qué se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aun viendo la TV le pongo atención, bueno, siempre y cuando haya malos comerciales.



A veces quisiera estar solo y no escuchar nada, yo solo quiero descansar. Suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa.



Mi padre también me molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.



- Hola, vengo por ti.

- ¿Quién eres tu?, ¿Cómo entraste?

- Me manda Dios por ti, dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.

- Eso no es posible, para eso tendría que estar...

- Así es, si lo estás, ya no te preocuparás por ver a las mismas gentes, ni por caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste, es mas, jamás escucharas los consejos de tu padre.

- Pero... ¿Qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?

- No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tú puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.

- ¿Y mi esposa y mi bebé?

- A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tu nunca observaste en ella y acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada, porque gracias a Dios y a ella, tiene algo que llevarse a la boca todos los días a diferencia de otras persona que no tienen nada que comer y pasan hambres hasta por meses, y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera de él y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar con ella, son muy felices.

- No, no puedo estar muerto.

- Lo siento, la decisión ya fue tomada.

- Pero... eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi bebé, ni a decirle te amo a mi esposa, ya no veré a mis amigos para decirles lo mucho que los aprecio, ni darle un abrazo a mi padre, ya no volveré a vivir, ya no existiré mas, me enterrarán en el panteón y ahí se quedara mi cuerpo cubierto de tierra. Nunca más volveré a escuchar las palabras que me decían: Hey amigo, eres el mejor; Hijo mío, estoy orgulloso de ti; Cuanto amo a mi esposo; hermano mío, que bueno que vino a mi casa; papito... NO, NO QUIERO MORIR, QUIERO VIVIR, envejecer junto a mi esposa, NO QUIERO MORIR TODAVIA...

- Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para SIEMPRE.

- NO, NO QUIERO, NO QUIERO, POR FAVOR DIOS... !!

¿Qué te pasa amor?, ¿Tienes una pesadilla? -dijo mi esposa despertándome.



No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo puedes disfrutarlo todo.



Una vez cerrando tus ojos, nadie te garantiza volver a abrirlos. QUE BELLO ES VIVIR. HOY LO LOGRE, MAÑANA....................... MAÑANA DIOS DIRA. Recuerden que despertar a cada día es maravilloso aún que las cosas no vayan nada bien, Dios nos da la oportunidad de despertar.................



¡Dios les bendiga!

Amén

Elegimos cómo queremos vivir



Con regularidad las personas se quejan de estar aburridas o sin nada que hacer. La verdad, es que decidimos estar así, ya que podemos hacer algo que enriquezca nuestras vidas y beneficie a los demás. Es cierto que el pasado no existe y el futuro es incierto, así que, el día de hoy es la oportunidad para hacer algo mejor que ayer. Puedes elegir no hacer nada, repetir lo mismo de ayer o de unos meses antes, o simplemente trabajar para que el mañana, te traiga algo mejor si Dios te concede vivirlo.

Hoy puedes elegir vivir de la misma manera en tus relaciones o hacer algo para que mejoren; hoy puedes ver salir a tus hijos de casa lo mismo que ayer, o disfrutarles antes de partir por si es la última vez; hoy puedes culpar a Dios por las dificultades o simplemente verlas como una oportunidad de crecer y madurar. ¿Qué elegirás hoy?

Que tengas un Buen Día.

Hay Promesa para tu vida

Mi foto
¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

cristianos