sábado, 31 de enero de 2009

Hablando Con Dios





Hablando Con Dios

Invadido mi Señor
de tu esencia cada día,
quiere estar mi corazón
en las pruebas o el dolor,
en las penas y alegrías.
Abrazando con tesón
aquella cruz que pondrías,
mirando al cielo por mí,
mayor amor nunca vi
que tu vida por la mía.
Invadido mi Señor
de aquel aroma que un día,
me diste con tanto amor
que sintiera tu perdón
y cantara el alma mía.
Por la hermosa bendición,
que diste con tu agonía,
a este indigno pecador,
por eso, con emoción
clamo de noche y de día:
Que nunca apartes de mí
esas manos que pondrías,
clavadas por mí en la cruz
para poder ver la luz
que al Padre me acercaría.
Que no me alejes de ti,
porque entonces, ¿dónde iría?
¿hacia el mundo he de volver?
¿hacia aquello que dejé,
y olvidar tu compañía?
No lo permitas Señor,
pues sin ti me perdería
por caminos de dolor,
oscuros y sin color
y a ciegas caminaría.
Por eso, Señor mi Dios,
invádeme cada día,
inúndame con tu amor
lléname de tu calor,
QUE TU VIDA, SEA LA MÍA.

Autoestima y Egoísmo


Cuenta una vieja historia que había una vez un señor muy poco inteligente al que siempre se le perdía todo.

Un día alguien le dijo: - Para que no se te pierdan las cosas, lo que tienes que hacer es anotar donde las dejas.

Esa noche, al momento de acostarse, agarró un papelito y pensó:-"Para que no se me pierdan las cosas..."

Se sacó la camisa, la puso en el perchero y anotó "la camisa en el perchero..."; se sacó el pantalón, lo puso a los pies de la cama y anotó: "el pantalón a los pies de la cama"; se sacó los zapatos y anotó: "los zapatos debajo de la cama"; y se sacó las medias y anotó: "las medias dentro de los zapatos debajo de la cama..".

A la mañana siguiente, cuando se levantó, buscó las medias donde había anotado que las dejó, y se las puso, lo mismo sucedió con la camisa y el pantalón... Y entonces se preguntó:-¿Y yo, dónde estoy?

Se buscó en la lista una y otra vez y como no se vio anotado nunca más se encontró a sí mismo.

Autoestima y egoísmo son tomados generalmente como términos antagónicos, aunque ambos comparten un significado muy emparentado: la idea de quererse, valorarse, reconocerse y ocuparse de sí mismo.

A veces nos parecemos mucho a este señor.

Sabemos donde está cada cosa y cada persona que queremos, pero muchas veces no sabemos dónde estamos nosotros.

Nos hemos olvidado de nuestro lugar en el mundo.

Podemos rápidamente ubicar el lugar de los demás, el lugar que los demás tienen en nuestra vida, y a veces hasta podemos definir el lugar que nosotros tenemos en la vida de otros, pero nos olvidamos de cuál es el lugar que nosotros tenemos en nuestra propia vida.

Que nada distraiga tu Misión


En la biblia, la perseverancia está ejemplificada con la actitud del atleta, quien se entrena constantemente y se prepara para la carrera final; enfoca su meta y no se distrae por las circunstancias, por la multitud o por los gritos apoyo o de desaprobación. Simplemente, corre.

Cuando un hombre o una mujer saben cuál es su propósito, no se detiene en la vida a reclamar posición o reconocimiento, simplemente hace, avanza y llega a la cima. Quienes se quedan peleando por la posición y el reconocimiento o luchando con sus contendores por celos, se pierden de llegar a la meta y del premio que les espera. No hay cosa más gratificante que el deber cumplido, no importa si te aplaudieron, si te llamaron o te saludaron, lo hiciste y lo hiciste bien.


Tal vez tu círculo de amigos no te apoyaron, pero lo hiciste y eso es suficiente, pues Dios sabe premiar a quienes actúan con perseverancia en hacer lo que es bueno para sí y para los demás. ¿Tienes tus ojos puestos en la meta?

Hay Promesa para tu vida

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¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

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