viernes, 6 de febrero de 2009


Sal de tu pozo




Cuentan que una ranita vivía en el fondo de un pozo pequeño y se conformaba con jugar en él pensando que la vida no podía ser mejor; allí, tenía todo cuanto necesitaba. Un día, miró hacia arriba y vio la luz que entraba por la abertura del pozo, así que con cautela subió y al llegar al borde, vio un estanque. No lo podía creer, era mucho más grande que el pozo; caminó y se encontró con un gran lago; así siguió hasta que llegó al océano donde todo era agua y pensó: “Creí haberlo tenido todo en el pozo y este era solo una gota del océano”. Cuantas veces limitamos nuestras vidas a la triste experiencia vivida; cuantas veces creemos que no vale la pena soñar o intentar algo nuevo. Pero Dios no quiere que le limites a tus temores, déjale actuar pues quiere llevarte a grandes océanos para que puedas ver que lo que consideras grande, es solo un pequeño pedacito de sus grandes propósitos.

La Aguja y El Alfiler


Un alfiler y una aguja encontrándose en una cesta de labores y no teniendo nada qué hacer, empezaron a reñir, como suele suceder entre gentes ociosas, entablándose la siguiente disputa:



¿De qué utilidad eres tú? Dijo el alfiler a la aguja; y ¿cómo piensas pasar la vida sin cabeza?



—Y a ti — respondió la aguja en tono agudo—, ¿de qué te sirve la cabeza si no tienes ojo?

— Y de qué te sirve un ojo si siempre tienes algo en él?

—Pues yo, con algo en mi ojo, puedo hacer mucho más que tú.

—Sí; pero tu vida será muy corta, pues depende de tu hilo.



Mientras hablaban así el alfiler y la aguja, entró una niña deseando coser, tomó la aguja y echó mano a la obra por algunos momentos; pero tuvo la mala suerte de que se rompiera el ojo de la aguja. Después cogió el alfiler, y atándole el hilo a la cabeza procuró acabar su labor; pero tal fue la fuerza empleada que le arrancó la cabeza y disgustada lo echó con la aguja en la cesta y se fue.



—Con que aquí estamos de nuevo — se dijeron—, parece que el infortunio nos ha hecho comprender nuestra pequeñez; no tenemos ya motivo para reñir.



—¡Cómo nos asemejamos a los seres humanos que disputan acerca de sus dones y aptitudes hasta que los pierden, y luego...echados en el polvo, como nosotros, descubren que son hermanos!

Las Apariencias Engañan


Las falsas APARIENCIAS son como las construcciones, tarde o temprano, con el tiempo, se derrumban y se descubre lo que verdaderamente se es. Hay quienes viven aparentando ser y se olvidan de ser, pues lo que uno es determina lo que hace, esa es la premisa del reino de los cielos: Podemos ser hijos de Dios y vivir haciendo las cosas de acuerdo a ello. Puede que engañes con una falsa apariencia a los demás, pero tal como dijo Jesús: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado”. Un día, todas las cosas ocultas, todas las cosas aparentes, se mostrarán como realmente son y habrás perdido todo, la familia, los amigos, la confianza, etc. Podemos ser transparentes, íntegros, si enfocamos esto en nuestras vidas y procuramos hacer las cosas que hacen parte de la integridad.

Que tengas un Buen Día.

Hay Promesa para tu vida

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¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

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