miércoles, 28 de marzo de 2012

Sanando Heridas



Sanando Heridas

"...Necesitamos sanar las heridas. Somos los sembradores de la paz y de la esperanza en el mundo.
Si no sanamos, una por una, las heridas, pronto comenzaremos a respirar por ellas, y por las
heridas sólo se respira resentimiento.
...Pocas veces somos ofendidos; muchas veces nos sentimos ofendidos. Perdonar es abandonar
o eliminar un sentimiento adverso contra el hermano. ¿Quién sufre: el que odia o el que es odiado?
El que es odiado vive feliz, generalmente, en su mundo. El que cultiva el rencor se parece a aquél
que agarra una brasa ardiente o al que atiza una llama. Pareciera que la llama quemara al
enemigo; pero no, se quema uno mismo. El resentimiento sólo destruye al resentido. El amor
propio es ciego y suicida: prefiere la satisfacción de la venganza al alivio del perdón.
Pero es locura odiar: es como almacenar veneno en las entrañas.
El rencoroso vive en una eterna agonía.
No hay en el mundo fruta más sabrosa que la sensación de descanso y alivio que se
siente al perdonar, así como no hay fatiga más desagradable que la que produce el rencor.
Vale la pena perdonar, aunque sea solo por interés, porque no hay terapia más
liberadora que el perdón.
No es necesario pedir perdón o perdonar con palabras. Muchas veces basta un saludo,
una mirada benevolente, una aproximación, una conversación. Son los mejores signos de
perdón. A veces sucede esto: la gente perdona y siente el perdón; pero después de un
tiempo, renace la aversión. No asustarse. Una herida profunda necesita muchas curaciones.
Vuelve a perdonar una y otra vez hasta que la herida quede curada por completo."

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¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

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