jueves, 23 de junio de 2011

Derribando a Goliat ...........1 Samuel 17:1-10


Derribando a Goliat

1 Samuel 17:1-10


Había una fuerte batalla… Los filisteos contra los Israelitas, ambos acamparon cerca el uno del otro. Cada batalla que los Israelitas enfrentaban era una oportunidad que los paganos (otros pueblos) miraran el poder de Dios.

Hoy en día, en nuestras vidas como cristianos vivimos constantemente... Ver más en batallas (Pablo dijo Peleen la buena batalla de la Fe). Así como los Israelitas, nosotros también luchamos, peleamos y acampamos en algún lugar para pelear.

Casi a punto de entrar en batalla, aparece este gran personaje llamado Goliat. ¿Quién era Goliat? Era un hombre de la cuidad de Gat. Tenia otros familiares Gigantes.

Características: 3 Metros de Altura, Casco de Bronce que pesaba 55 Kilos, unas 120 libras. Si puede ponerte ese tipo de casco en la cabeza ¡No me imagino su fuerza! Su lanza era enorme, solo la punta pesaba 12 libras.

Dinámica: tratar de ver un Goliat entre los presentes.

No solo con el Físico intimidaba Goliat, sino también con sus palabras. Tenia tanta seguridad en si mismo, al punto de retar a todo un ejército… ya no era un ejército contra otro ejército, sino un hombre contra otro hombre.

Los cierto es que cada uno de nosotros enfrentamos nuestros propios gigantes, con la diferencia que nuestro Goliat no lleva espada ni escudo. Ni desfila de un lado al otro de las colinas de Elah. Más bien camina cada día a nuestro lado. Ej: está presente en nuestro trabajo, nos desconcentra en nuestro tiempo libre, y hasta se presenta en nuestros tiempos con Dios. Se levanta con nosotros y hasta duerme en nuestra cama.

Muchos conocemos a nuestro Goliat, reconocemos sus pasos y nos estremecemos ante él. La pregunta es: ¿es él todo lo que vemos? Conocemos su voz pero ¿es él todo lo que nosotros escuchamos?

Hoy tu Goliat, pueden ser los malos pensamientos, falta de Fe, tu carácter puede ser tu gigante, preocupaciones, falta de amor, orgullo, pereza. Tú sabes a quien te enfrentas. Lo cierto es que hasta hoy no nos deja vivir tranquilos, lo miramos en la reunión, lo miramos en nuestras charlas, en nuestros discípulos, lo cierto es que Goliat no nos deja ver la gloria de Dios!!.

Muchos de nosotros nos hemos cruzado a nuestro Goliat en nuestra relación con Dios. Deseamos que desaparezca, pero ¿Estamos dispuestos a pelear? O hemos perdido el ánimo y nos hemos llenado de miedo.

V. 11 ¿Qué pasó con el ejército israelita? • Perdieron el ánimo • Se llenaron de miedo.

¿Por qué perdieron el ánimo? Talvez por la estatura, o por la lanza o por sus amenazas. Pero lo cierto es que ellos miraron el pasado… Josué los había conducido a la tierra prometida 300 años antes. Josué desterró a todos excepto a dos cuidades Gat y Asdob.

Los soldados vieron a Goliat y murmuraron “otra vez no” Mi padre peleo con su padre, mi abuelo con su abuelo…

Muchos de nosotros nos desanimamos cuando hemos intentado y no hemos podido. EJ: No podré vencerlo…ya lo he intentado antes y eso nos desanima. ¿Te has cansado de pelear?

Por cuarenta días salía Goliat a provocar a los Israelitas… era algo desgastante para el ejército y que hacía más grande y arrogante a Goliat.

¿Hace cuanto no puedes vencer tus luchas? ¿Hace cuanto no creces en tu relación con Dios? ¿Hace cuanto no te transformas en el hombre o la mujer que Dios quiere ver en ti?

¿Por cuanto tiempo pensamos seguir así? No creyendo, no confiando, no teniendo otra visión de las cosas pero sobretodo no peleando. Con el gran gigante frente a nuestros ojos.

Dios quiere enseñarnos a ganar nuestras batallas…

V38. Dinámica: Encontrar un David entre los presentes

¿Qué hizo David para derrotar a Goliat? ¿Qué podemos aprender nosotros de lo que él hizo?


David miró a Dios en vez de mirar al gigante

David no preguntó ¿Cuánto mide? No dijo “voy hacer una estrategia” David miró a Dios en medio de todos. Nadie había mencionado a Dios hasta aquí…ni Goliat, ni el ejército, todo era una batalla muy humana. Pero David mencionó a Dios, porque vio a Dios.

Si miramos al gigante vamos a caer, si miramos a Dios el gigante cae.

¿A quién miras hermano?

Depende de donde esté hoy tu visión para ganar la batalla.


David se acordó de cómo Dios lo había ayudado en tiempos pasados

David estaba convencido en luchas anteriores que Dios se había quedado con él. David recordó que Dios lo cuidaba y que siempre le daba la victoria.

¿Recuerdas que eras antes de conocer a Dios? todos pensaban que no ibas a cambiar y mírate ahora. En la Iglesia internacional de Cristo.

Dios se quedó con tu vida antes que fueras cristiano, te ayudó, te transformó te hizo vencer. (Antes teníamos muchos gigantes que Dios ayudándonos a derrotar) Ahora como cristiano con mucha mas razón que Dios te va a dar la victoria.

Recuerda lo que Dios ha hecho con tu vida y la forma en que te ha ayudado.


David tuvo celo por Dios.

No iba a permitir que las cosas siguieran igual. El miraba a Goliat como un gran pecado delante de Dios, algo que ofendía a Dios que lastimaba a Dios. Eso lo prendió, lo animó a agarrar dos piedras y tarárselas al grandulón.

Hermanos la lucha que tenemos enfrente es un gran pecado delante de Dios, a Dios no le agrada, lo ofende. Necesitas quitarlo de nuestra vida. Agarra unas piedras y quítalos de en medio.


David pensó que la batalla era de Dios.

V45. David nunca vio esa batalla de forma personal. Mas que Goliat versus David, era Goliat versus Dios.

Mientras tu no le dejes la onda y las piedras a Dios, nunca vencerás tus batallas. Cuando cambie tu visión vas a ver milagros pasar en tu vida. Dios es quien pelea nuestras batallas. No hay nada superior en la tierra que Él.

En Hechos 13:22 Dios llama a David, un hombre conforme al corazón de Dios.

A pablo lo llamo su apóstol, a Juan su amado, pero a ninguno lo denominó “un hombre conforme a su corazón”

¿Qué vio Dios en David para llamarlo así? Vio a un guerrero, que confiaba mas en lo que Dios podía hacer que en lo que él podía hacer.

David conquistó muchas batallas… en nombre de Dios derribaba muchos Goliats.

Hoy debemos tener el mismo corazón de David. Debemos armarnos, no con una armadura, o con una lanza (pues son cosas terrenales) sino con las armas espirituales que Dios nos ha dado, para poder derribar a nuestro Goliat de un solo golpe.




¡Animo! ¡Derriba a Goliat!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Hay Promesa para tu vida

Mi foto
¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

cristianos