sábado, 25 de junio de 2011

Todo procede de Dios.....2 Corintios 1:20-22


Todo procede de Dios



Porque todas las promesas de Dios son en él Sí,
y en él Amén, por medio de nosotros,
para la gloria de Dios.
Y el que nos confirma con vosotros en Cristo,
y el que nos ungió, es Dios,
el cual también nos ha sellado,
y nos ha dado las arras del Espíritu
en nuestros corazones.

2 Corintios 1:20-22



Aquella pobre chica, fue abusada, engañada, y burlada, por una persona sin escrúpulos que se aprovechó de su inocencia y confianza. Esa chica, se dio cuenta del contubernio de la vida y se retiró al Señor. En su casi aislamiento, paró mientes un hombre de bien, que vio que aquello era lo que le convenía, y tomándola por esposa la transformó, y él mismo también lo hizo.

No resplandecieron tanto al principio, pero su llama fue más serena y duradera. No son los dones naturales de los hombres ni la «fortuna» lo que establece la dicha o la desdicha de los hombres. En Eclesiastés 8:10 se dice: He visto a los inicuos sepultados con honra; mas los que frecuentaron el lugar Santo, fueron puestos en olvido. Y ello es fácilmente comprobable.

No se trata de dejar indolentemente de hacer. Hay que esforzarse en realizar todo lo que de bueno se pueda, esté al alcance de nuestras fuerzas, y con justicia; eso no es fácil en este mundo. El fatalismo inerte no es lo nuestro ni mucho menos. Todo lo que te viniere a la mano, hazlo según tus fuerzas, se dice en Eclesiastes 9:10. Pero entendiendo bien que ni de los ligeros es la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas. Eclesiastes 9:11

En resumen, se trata de trabajar en paz, confiar y esperar en paz. Hacer nuestra parte, y esperar que Dios haga la suya. Por ello, y con la mirada puesta arriba, donde está Cristo a la derecha del Padre, hagamos lo que podamos con todo entusiasmo, pero serenamente y con paz.




Sabemos que cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, nosotros seremos manifestados con Él en gloria.

Colosenses 3:4.


Alabemos a Dios por su obra y su misericordia, y recordemos las palabras tan bellas de Eclesiastes 12:6-7: Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo, y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.

Dichoso aquel a quien es dado ofrecer su juventud preciosa al Señor, y que El la reciba. (R.M.B.)

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¨Enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con toda sabiduría...¨Colosenses 3:16 ORACION DE HABACUC CAP. 3 17. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; 18. Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.

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